CAPITULO XXVII

CAPITULO XXVII:

La puerta hizo un ruido seco al abrirse, y a través de ella oí el fuerte sonido de la televisión. Un partido de... hm, algo. Una cabeza conocida se asomó con cara de preocupación. No hacía falta que levantase la cabeza para saber quien era.

–¿Puedo? – preguntó suvemente.

–No – murmuré de mala gana.

–Me da igual y tú lo sabes– dijo abriendo la puerta y entrando dentro.

–Te odio ¿eso también lo sabes? – apunté sarcásticamente.

–Uh, odio y amor – respondió recolzándose en la cama – como el yin y el yang.

–Vete.

–Me iría hasta el fondo del mar para recuperar tu corazón – recitó.

–Iba a decir a la mierda – espeté – y deja de citar frases cursis de la SuperPop

–¿La SuperPop? – repitió preguntando.

Rodé los ojos y señale un montoncito desigualado encima de la librería con revistas nuevas y viejas. Él se limitó levantar los hombros y bajarlos a indiferencia mientras se sentaba en la cama a mi lado.

–Ahora, después de todo este aperitivo, dime que es lo que realmente te pasa – susurró a mi oreja y eso causó un escalofrío en todo mi cuerpo.

Bajé los ojos avergonzada empecé a juguetear con la punta de la manta blanca. Divisé una pequeña mancha turquesa en ella que causó mi pintauñas meses atrás. Meses atrás cuando yo no conocía a Harry, cuando todo era normal y nada de esto pasaba. Cuando no me había enamorado de un un famoso rico.

–Kat, háblame al menos.

–Da igual todo lo que te diga. No importará. Nada importará cuando esa puerta se abra y tu te vayas – Solté de repente y tras varios segundos empecé a llorar desconsoladamente.

Harry se quedó unos instantes inmóvil. No se lo esperaba. Pero sonría y se acerca más a mí. Me abraza dulcemente y intenta tranquiliarme.

–Shhh, no llores – dice mientras besa mi frente.

–No te vayas – susurro mientras noto que las lágrimas van bajando – No te vayas nunca. Porfavor.

–¿Qué idiota se iría cuando tiene a la persona que quiere aquí al lado? – dice mientras acariciaba mi rostro con suavidad.

–¿La persona que quieres? – repito tontamente mientras miro sus ojos turquesa.

–Ahá – susurra hipnotizándome – sobretodo si esa persona acepta ser la novia del idiota.

–Yo diría que esa persona acepta más que encantada serlo – digo notando como se me suben los colores.

–Entonces esa persona no se molestará en que el idiota quiera besarla.

–Tal vez deberíamos dejar de hablar de personas ajenas y concentrarnos en nosotros – digo vergonzosa mientras subo la mirada y puedo ver como se da la vuelta y rebusca en un cajoncito donde yo suelo guardar las joyas. Veo como saca una pequeña cajita de tercipelo rojo y me la extiende. Yo no tengo ninguna cajita de terciopelo.

–Esperaba poder besarte ahora, pero antes quería dártelo – dice mientras abre la cajita y deja entrever un anillo de oro brillante.

–¡Harry! No deberías haberte molestado – digo mientras dejo escapar un gritito y le abrazo. No suelo aceptar sus regalos materiales, y sobretodo si tienen un valor material tan grande, pero debo de aceptar de que ese anillo me vuelve loca.

–Y tiene forma de corona, porque tu eres una princesa.

–Ohhh, te quiero Harry – digo alzando la voz, por no decir gritando.

–Y yo también te quiero, pero déjame besarte porque llevo mucho esperando y créeme que es horrible.

–¿El qué?

–Esperar, tonta – dice mientras levanta la mano y acaricia mis pómulos. Entrelazo mis brazos en su cuello y su cara se acerca más a la mía.

–Christopher, por favor... – imploró ella con voz caída.

–¡Cállate! – gritó de una forma amenazante – Gritas demasiado, por tu culpa llamaron a la policía. Deberías a aprender a llevarte golpes en silencio, zorra.

Cuando el hombre abandonó la habitación, la mujer empezó a llorar desconsoladamente otra vez, maldeciendo su destino. Presa en una casa de lujo con un monstruo.

–¡He dicho que no llores alto! – volvió a repetir el hombre mientras volvía hacía donde ella estaba. Cerró los ojos con fuerza y esperó. Sintió los pasos más fuertas y su rspiración cerca. Calló inmediatamente – Así me gusta – dijo él a pocos centímetros de su cara. Se apartó un poco y se dió la vuelta para marchar, pero se dió cuenta de algo y se giró otra vez. Ella solo sintió el impacto de la punta de aquellas botas de piel caras en su estómago – para que lo recuerdes.

Claro que lo recordaría. Recordaría ese golpe como los muchos otros. Se acurrucó en un rincón y empezó otra vez a llorar. Pero esta vez en silencio.

–¡Riiiiiiiing, riiiiiiiiing! – Sonó el teléfono en la otra habitación. Zayn volteó los ojos y dejó el móvil para responder.

Los otros comían tranquilamente pizza, mientras veían una telenovela mexicana. Hacía menos de cinco minutos que Amelie había abierto la puerta para recojer las pizzas encargadas, pero solo quedaban cinco trozos intactos. Claro, que tener a Niall comiendo no era de gran ayuda, porqué el zampaba lo que fuese. 

Nina casi no podía comer por culpa de que cada vez que quería tocar un trozo de pizza, Niall, con una velocidad solo vista en la televisión, cogía el trozo rápidamente, y amenazaba con comérselo si la chica no le daba un pequeños beso en la mejilla. Pero ella, con todo su orgullo se negaba. Aunque sus tripas no estaban de acuerdo.

–¡Armando es un capullo! – gritó Niall enrabiado al ver la escena.

–¿Hmm? – dejó caer Amelie.
–Está engañando a Lupita con su hermana gemela Mariarda, que no sabe que Armando es marido de Lupita – explicó este molesto de que nadie siguiera la televisión.

Pasaron varios minutos más cuando Zayn regresó. 

–Siento haber tardado tanto, pero Kat me llamó diciéndome que quería enseñarnos la ciudad, pero he tenido que llamar a Liam y Lou para avisarles – hizo una pequeña pausa – nos veremos dentro de media hora en un Nando's que hay cerca de la casa de Lea.

–¿Aquí hay un Nando's? – saltaron los dos rubios con los ojos brillantes, pero la chica al darse cuenta de que compartían esa aficción calló de golpe, en cambio el chico la miraba con una sonrisa maliciosa.

–Eh, ya no queda pizza – se quejó Zayn desilusionado, al ver que sus tres amigos se la habían comido toda y ya no quedaba.

Fuí muy ilusionada al baño a darme una ducha rápida. Cuando acabé, aparte de maquillarme como siempre hago, con la raya y el rímel, y en esta ocasión, un poco de cacao, hice algo especial. Me planché el pelo. 

Después de vestirme con una falda y una camiseta de gasa gris, salí de mi cuarto para buscar zapatos y decidí que era un día maravilloso, así que no pasaría nada si maltrataba mis pies con un poco de tacón alto. 

Salí rápidamente de mi cuarto al ver que solamente dedaban dez minutos. En un bolso marrón metí todo lo que nos haría falta, ya que pasaríamos mucho tiempo fuera hoy. Comprobé también mis uñas blancas, y observé ese pequeño anillos tan maravilloso.

Harry me estaba esperando en el sofá, ya preparado. Iba bien vestido, mejor que generalmente, con su camiseta blanca que tan bien le quedaba.

Al verme se le iluminó la cara y se acercó a darme un abrazo. Yo sonreí.

–Vamos, ¿novia oficial? – preguntó sonriendo mientras me daba un pequeño pico.

–Vamos.   

Bajamos las escaleras a toda prisa, aunque quedaba tiempo. Me encontré con mi hermano mirando una telenovela mexicana y maldeciendo al marido de una tal Lupita. 

–Luke, vamos a salir un rato – grito para que me preste atención, aunque apenas hay tres metros de diferencia entre nosotros.

–Ah, si si, muy bien – dice sin prestarnos atención. Está concentrado en seguir maldeciendo a un tío con nombre de mascota.

Hablando de mascota, abro la puerta y voy hacía el jardín a buscar a mi gatita. Cuando la pillo jugando con una florecilla la cojo y ella empieza a retorcerse en mis brazos. Le doy un pequeño piquito y la suelto.

–¿Debería ponerme celoso? – dice Harry mientras coje mi mano y me vuelve a dar un beso corto.

–Ni de broma, aunque mi  corazón siempre estará dividido entre ti y mi gran amor hacía las faldas que se suben hasta la cintura.

El sonríe y empezamos a caminar.

–Por cierto, la entrevista. Esta mañana recibí un mensaje de mi mánager. El Jueves a las diez.

–Ahá – afirmo – ¿que día es hoy? 

Vuelve a sonreír debilmente mientras saca el móvil y mira el calendario.

–Hoy es... cuatro de junio.

–Te odio – le doy un codazo y se empieza a reír. 

–Es lunes.

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Just love me, queridas. Es larguísimo! Y mañana o dentro de dos dias otro! Porque ahora tengo tiempo eh?? Que si no.... Ya os explicaré mi ausencia más adelante. Os quiero y comentad mucho mis happys :''D