CAPITULO XXV:
La película empezó y todo el
mundo se puso cómodo. Empezamos a comer palomitas y a estar atentos. Pese a que
todos la habíamos visto en algún momento de nuestra adorada infancia, seguíamos
amándola.
Yo comía palomitas tranquilamente
mintras la veía. Al poco tiempo se acabaron así que dejé el bol en suelto y
cogí un chicle al azar. Menta, ascazo. Harry debío de ver mi reacción porqué
soltó una risita, a lo que yo respondí con un codazo.
El film siguió contando esa
triste historia y cuando llegó a la parte más triste y emotiva de todas, noté
que empezaba a llorar poco a poco así que metí mi cara en el pecho de Harry,
que aceptó encantado. Después paso su brazo por detrás de mis . Lea, con su
gran corazón miraba la escena como si nada, mientras Louis estaba llorando a
lágrima viva. Niall había dejado de comer tras vaciar cinco bolsas de patatas
de diferentes sabore. La nuestra ni la hemos empezado, supongo que la dejaremos
para luego. Ahora el irlandés está intentando atrer a Nina, que no muestra gran
interés. Zayn está eseñándole a Amelie algo en su móvil y esta sonríe. Emily
está dormida encima de Liam, que la mira con una sonrisa. Y luego estamos yo y
Harry. Abrazados.
Cuando por fin encuentran a Nemo
miramos la hora y nos damos cuenta de que es bastante tarde, así que todos van
yéndose hacía sus actuales viviendas.
Mi madre me llama, dentro de un
cuarto de hora vienen a recojer las maletas. ¿Maletas?
–Sí, nos vamos a casa de tus
abuelos ¿no te acuerdas? Cada año nos vamos. – responde ella des de la otra
parte de la línea cuando se lo pregunto extrañada.
Asiento y cuelgo diciéndole que
les esperamos. De mientras recogemas todas las bolsas de dulces vacías y las
tiramos. Los refrescos los metemos en el frigorífico. Cuando acabamos vamos
arriba, pero a medio camino mis padres llaman al timbre. Volvemos a bajar.
–Hola mamá – saludo, mi padre
también acaba de aparecer por detrás. Les doy un abrazo a los dos. Suben un
momento por las maletas. Solo llevan tres entre los dos, y para mi sola
necesito seis.
–Bueno, el coche está en marcha
así que nos vamos, que si no llegaremos mañana muy por la noche. Os queremos –
dicen ellos mientras me abrazan. Harry también se acerca y saluda – Sobre todo
tú, cuida de mi niña y no le hagas daño. Llámanos de vez en cuando.
Salen por la puerta rápidamente y
se van. Nos quedamos solos. Y si no consiguen arreglar la universidad pronto
será hasta el final del verano. Lea, también se ha quedado sola con Lou, porque
sus padres van al mismo pueblo que los míos.
–¿Qué quieres hacer? – pregunta.
–La verdad es que no lo sé – digo
cansada – ¿volvemos a llamar a Lea?
Sonríe y me da un abrazo.
–Creo que será mejor dejarlo para
mañana – dice mientras se sienta en el sofá, pero de pronto parece tener una
idea – ¿Quieres conocer a mi hermana?
–Son las diez de la noche – le
digo enseñándole el reloj – no creo que le haga mucha gracia, ni a ella ni a su
prometido.
–No creo que le importe, además
ese idiota ni estará en casa.
–Harry, no. Iremos mañana si
quieres, ahora iré a cambiarme y después vemos una peli si quieres – le digo
mientras voy subiendo.
–Podemos ver la bella durmiente
si quieres – va alzando las cejas mientras sus ojos se fijan en los míos.
–Claro, y de paso también nos
ponemos los disfraces – ironizo riendo.
–Eh, que fueron caros.
Sonrío y subo las escaleras
rápidamente. Entro en mi habitación y me quito los jeans y la camiseta y los
tiro al suelo. Me dejo el pelo suelto y el rímel y pintalabios. Me pongo los
mismos leggins y la sudadera de antes y salgo fuera con con los pies dentro de
unos felpudos color rosa.
Salgo de mi habitación y cierro
la puerta. No está, así que decido buscar la película por algún sitio. La
encuentro en el sitio de los clásicos Disney. Saco el cd arañado y lo meto en
el aparato. Lo paro y bajo a buscar las palomitas que han sobrado. También subo
una bolsa de patatas y un paquete de chicles. Cuando vuelvo a subir y entro en
la salita e encuentro con Harry ocupando todo el sofá, estirado.
–Yo también tengo que caber, lo
sabes ¿no? – frunzo el ceño divertida.
Sonríe y se sienta bien. Le doy
al play y empieza la película. Hace tiempo que la he visto, pero bueno. Me tiro
en el sofá y suspiro. Pero entonces él se levanta. Alzo una ceja como pregunta
y él no dice nada. Se acerca al interruptor y apaga la luz.
–Para que sea como en el cine.
Me siento en el sofá y miro la
película. La verdad es que me aburro mucho, ya estoy cansada de mirar la
televisión todo el rato sin hacer nada. Dejo mi cabeja apoyada en el hombro de
Harry. Él me cojje la mano y la entralaza con la suya. Se me suben los colores
pero no digo nada.
Pasa bastante tiempo, y la
pelicula ya me parece más interesante. Quiero decir, tengo a mi lado a uno de
los chicos más deseados del planeta. Estoy apoyando mi cabeja en su hombro y mi
mano está cogida de la suya. Está en mi casa, en mi sofá, viendo una película
cursi conmigo. Tal vez esté en un sueño.
La película está por acabar en,
un momento crucial. El principe está a punto de besar a la princesa y yo me
emociono.
–Qué bonito – exclamos en voz
alta sin darme cuenta – dormiría cien años solo para un beso.
–Tal vez no haga falta – dice él.
Me doy la vuelta. Me está mirando
con esos ojos brillantes. Coje mi barbilla y la levanta para estar a la altura
de su cabeza. Entonces cierro los ojos. Me besa suevemente. Aparta poco a poco
su cabeza. Pero yo pongo las manos en su cuellos y soy yo la que le besa. Nos
dejamos caer encima del sofá. No me puedo creer que esté haciendo esto. Le sigo
besando. Bueno, más bien él me sigue besando. Sus labios son suaves y tiernos.
El aliento le huele a fresa y Colgate.
La película ya se ha acabado,
porque se vuelve todo oscuro, pero no nos importa. En uno de los momento nos
caemos al suelo y paramos en seco. Luego empezamos a reír.
–¿Ves como no tenías que esperar
cien años dormida por el beso de una príncipe? – susurra lentamente. Sigue
besándome y rodamos por el suelo. Es tan dulce.
–Ahora, princesa, quiero
preguntarte lo mismo que hace varias noches en el baile – dice mientras me mira
a los ojos. No le veo, pero siento su intensa mirada – ¿Quieres...?
Me muerdo el labio y asiento. Me
preparo para decirle claramente que sí, pero la luz se enciende de golpe y me
asusto.
–Kat, me han... – empieza una voz
familiar, pero se para de golpe –¿qué está...qué está pasando aquí? – está
realmente sorprendido.
Me separo lentamente de Harry y
levanto la vista. Dios mío. No ha cambiado nada. Sigue siendo alto, sigue
teniendo esos ojos chocolate y el pelo rubio cenizo sin peinar.
–Nada – grito panicada. Me acaba
de pillar encima de un chico que no conoce en medio del salón. No es como si no
hubiese pasado nada. Enrojezco toda ante la escena – Esto...éste es Harry.
–Tu novio – dice él levantando la
ceja, a la vez que divertido.
–No es mi novio – me esfuerzo en
contestar rápidamente. También me pongo bien de pié y paso mis manos por los
muslos, incómodamente. Creo que nunca he podido arder tanto, qué verguenza.
–¿Como que no? – exclama con una
nota teatral ofendida en la voz.
–Oh, cállate ya. Éste es Luke –
musito – mi hermano.
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Okey, matadme, en serio, os dejo. He tardado un mes y está horrorosa la continuación. Os prometo que me pondré a escribir ya y colgaré más a menudo D: Pero porfavor no dejéis de comentar, aunque me lo merezca >w<