sábado, 30 de marzo de 2013

CAPITULO XXIV


CAPITULO XXIV:

Ellos bajan y salen de la casa. Se oye el motor del coche. Saco mi móvil y empiezo a buscar ela foto de Lea en mi agenda de contactos. Doy con ella y empieza a sonar. Al tercer bip contesta.
–Ya vamos para tu casa – dice ella animadamente.
–Ah, gracias por avisarme – ironizo.
No dice nada pero yo ya me doy cuenta de que me estará sacando la lengua.
–Por cierto, me los traigo a todos. Menos Ed, que quería quedarse componiendo. Resulta que el gran incidente la ha dado inspiración.
–Okey, yo voy a vestirme y mando a Harry a que haga lo mismo. Dentro de un cuarto de hora nos vemos. Se os quiere mucho, ositas achuchables – río por lo bajo y guardo el móvil. La conozco tan bien que sé que me acaba de insultar.
Subo a nuestra salita privada, bueno más bien sala privada, porqué es muy grande, mi hermano era jugador de hockey, y solía hacer sus reuniones con el equipo aquí. Era capitán. Suspiro. Le hecho de menos. Era casi tan molesto como Harry, pero a pesar de que no nos soportábamos siempre me protegía. Desvanezco eses recuerdos de mi mente y me centro en mis tareas, así que cojo un cojín y se lo tiro a Harry a la cara.
Esté consigue atraparlo con la mano y me lo tira a mi. No con mucha fuerza, pero no me lo esperba, así que estoy a punto de caerme cuando me agarra por la muñeca y me trae hacía él.
–Nunca tientes al maestro – susurra con cierta misticidad. Abro mucho los ojos y hasta me asusto. Su seriedad polúa en el aire. Su mirada fija en mi me da escalofríos. Supongo que mi cara de miedo le hace gracias, porque me deica una de sus enamoradizas sonrisas – Ahora vete a arreglarte, que tardas una eternidad siempre.
Entro en mi habitación y miro en las maletas. No sé exactamente que ponerme, porque no salgo por la calle pero él está aquí, así que importa mucho. Finalmente me decanto por unos pitillos rosa muy ajustados y una camiseta de manga corta blanca con lunares rosas. Voy al baño y vuelvo a lavarme la cara y los dientes. Me quito el moño y peino mis difíciles rizos. Rápidamente cojo la espuma y empiezo a aplicarla. Mis rizos estás perfectos. Aunque no vaya a ningún sitio me pongo rímel y pinto mis labios de rojo. Por mi Harry.
Aún me tengo que poner las bailarinas cuando oigo el timbre. El sonido de los pasos de Harry al bajar las escaleras me hace gracia. Cojo unas bailarinas blancas y me las pongo. No tengo tiempo para pintarme las uñas. Las miro. Están perfectamente. Al fin y al cabo me las pinté ayer. Pero parece una lejana eternidad.
Abro la puerta y salgo. Me encuentro con muchas personas delante mío. Ahora entiendo las veces que Luke decía que esto era pequeño para el equipo. Nosotros debemos de ser más. La gente está arriba así que cuando me ven voy a abrazarles a todos. Nos sentamos en el enorme sofá. En un rincón, al final está Emily, a la que no conozco casi nada, y la pobre se siente un poco intimidada por estar solo con Liam. Al lado del maduro se sienta el menos, Louis. Y como no, a su lado Lea. Yo estoy junto a ella, y Harry junto a mi. Y después Zayn, que tiene a Amelie en brazos, lo que ayuda porqué hay poco espacio. Después, a su lado, Nina, y al lado de esta, Niall.
–¿Y qué hacemos aquí sentados? – pregunta Louis, algo aburrido.
–No lo sé – le respondo – ¿y si vemos una peli?
La mayoría asiente así que voy a ver las que tengo.
–¿A ver, de qué queréis que sea? – pregunto.
–Romántica – pidieron las chicas y Niall, ¿Niall?
–Yo quiero una de miedo – dice divertido Zayn.
–Qué te den, guapetón – comenta su novia, bueno, su casi novia Amelie.
–Yo quiero una de acción. Mejor si es de Jason Statham. Tengo muchas suyas – exclamo emocionada. Pero todos me miran extrañados y en silencio, es como si el grillo típico de los dibujos animados cantara – ¿qué pasa, a nadie le gusta o qué?
Pero mi pregunta no se responde y todos empiezan a pelearse porqué vamos a ver. Pero entonces decido yo la película.
Pego un grito con mucha fuerza y todos se callan de repente, asustados. Giran la cabeza en mi dirección y parecen prestarme atención por varios segundos, pero cuando me dispongo a hablar, vuelven a pasar de mi y se gritan los unos a los otros que película deberíamos ver. Nadie me hace caso, así que busco el micrófono con el que solía cantar en los juegos karaoke de la Wii. La enchufo y la dejo caer. Con una de las bailarinas la aplasto con fuerza y persisto. Un sonido agudo y horrible se oye por toda la sala y todos empiezan a gritar dicientome que pare eso. Quito el pié de encima y el sonido se apaga.
–Bien, ahora que todos me hacéis caso, dejamos de pelearnos porque ya he elegido una película al azar – todos están intrigados así que lo suelto de una vez – Buscando a Nemo.
–Bieeeen – gritan todos y aplauden a broma. Dios mío que infantiles llegamos a ser. Saco la película de la carcasa y la meto en el DVD esperando y rezando para que el aparato funcionara igual de bien que antes. Tras varios pares de segundos se puso en marcha y la película empezó, pero algo faltaba.
–¿Y la comida? – pregunta Niall con los ojitos de cachorrito. Oh dios mío, que mono és.
–Lo siento, cuando mis padres vuelvan traerán la compra. No hay nada dulce, porque a ellos no les gusta – dios mío, la cara de Niall vale su peso en oro, es como si a ese cachorrito monino y esquelético le hubiesen dado una patada y el pobre se ha puesto llorar , está a punto de hacerlo. Se me parte el alma– Oh dios mío, Niall, no llores – su expresión desilusionada como la de un niño que lleva mucho tiempo deseando algo y cuando al conseguirlo se lo hubieran quitado de mala gana – Madre mía, no me mires de esa manera. Voy a ver si hay algo pero no creo. Solo es comida de comida, no hay dulces ni nada para picar – esos ojos, me matan, su cara a pena y el labio inferior varios milimetros más para adelante me dejan fuera de partido – N-no me hagas eso.
–Mira que sois cansinos ¿ponéis o no la peli? – pregunta Lea poniendo los ojos en blanco – si Niall quiere comida, ve y saca algo dulce de la bolsa que he traído, que yo si he ido de compras esta mañana, no como otras vagas que yo conozco – dice mirándome fijamente con expresión irónica.
–Déjame amarte y adorarte toda mi ida – exclama Niall volviendo a reconstruir su ilusión mientras se levanta y corre a abrazar a Lea.
–Eh chaval, es mía – dice Louis haciendose el malo poniendo su mano en el pecho de Niall parándolo. Acto seguido levanta una pierna y la pon encima de la otra mientras deja salir el aire sonoramente. Lleva puestas unas gafas de sol modernas qe suelen ponerse los polis en las pelis. Acto seguido hace su movimiento para conquistar a una chica. Stop de Traffic. Let them Throught.
–Todos nos quedamos mirándoles y después empezamos a reír. Miro mejor las gafas y me doy cuenta de que me son conocidas. Esas gafas són mías. No, las mías tienen la casi invisible montura blanca, estas la tienen negra. Luke.
–¡Deja las gafas de mi hermano! Si cuando vuelve de Canadá están rotas ¿sabes lo horrible que será? – le digo intentando cogerselas, pero le esquiva y se tira al suelo y luego empieza a reír. Después se las quita y me las devuelve. Vuelve a sus itio y empieza a molestar a Lea.
–Si tu hermano es malo contigo, yo siempre estaré para protegerte – dice Harry mientras se levanta y va bajando las escaleras para buscar la bolsa de Lea. Bajo detrás suyo rápidamente para que no noten mi rubor en las mejillas.
Al legar abro la bolsa y me encuentro con muchas bolsas de patatas, cheetos, gusanitos y derivados. Dos cajas de palomitas y chicles. También hay muchas chuches y dos paquetes de polos pala congelar, nos llegará uno para cada uno. Meto los polos en el congelador y Harry me ayuda con las palomitas. Caben dos bolsas en un microondas, y tenemos dos microondas, pero necesitamos  seis bolsas. Bueno, vamos a hacer un pequeño experimento, así que meto tres bolsas en cada microondas. Si explotan técnicamente soy menos de edad y no puedo tocar el microondas sin supervisión de un adulto responsable a mi lado. Harry es adulto, responsable no, pero es mayor de edad, así que toda la culpa recaerá sobre él y yo me libraré. Pero mi castigo será no poder verle vestido de preso. Un preso muy sexy. Me ruborizo, y parece notarlo.
–¿En qué piensas? – pregunta sonriendo mientras pone los frutos secos en un bol de plástico blanquecino.
–En nada – respondo roja, técnicamente estoy mintiendo, porque él no es nada.
–¿En mi? – no le presto mucha atención, estoy poniendo los minutos necesarios para que los polos se congelen antes.
–Ahá – respondo sin pensar. Tal vez eran diez o doce grados bajo cero, no me acuerdo. Mierda. Me giro y veo su mirada de superioridad fijada sobre mi.
–Así que estabas pensando en mí.
–No. Si. No. Bueno, sí. Un poquito – respondo apresuradamente. La has jodido Kat.
–Es bueno saberlo. Solo una preguntita de nada – dice mostrando el dedo índice y el del medio casi tocándose, enseñando la pequeña cantidad.
–Suelta.
–¿Llevaba ropa en tu imaginación? – pregunta descaradamente.
–¡Eres un guarro! – grito mientras le doy un pequeño codazo.
–Que si, que sabemos que es un guarro y tu también y solo pensáis en haceros cosas malas, pero podéis traer ya la comida, que me estoy quedando sin fuerzas – oí des de la otra punta.
Harry ha erojezido todo y yo estoy igual de avergonzada. Díos mío, no me puedo creer que piensen eso. En fin. Saco las palomitas del microondas. Mi experimento ha funcionado. No han mutado. Abro las bolsas y las vierto en seis boles distintos, uno por pareja. Madre mía, que mi pareja es Harry, no me puedo creer que nos veamos así.
Vamos subiendo hasta nuestra salita con muchas cosas encima. Cuando llegamos todos están impacientes, le entregamos un bol de palomitas a cada uno y una bolsa de patatas. Los frutos secos los coge quien quiere de la mesita de delante, igual con las pipas y las chuches. Hay muchos paquetes de chicles así que también los dejamos encima de la mesita. Hay Fanta de Naranja y CocaCola en latas así que cada uno cogerá cuando quiera.
Me levanto un momento para darle al play y la película comienza.
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OK, es media página más largo de lo que suelo escribir así que alegraros xD Parece cortito porque hay muchas acciones en pocos minutos, pero es larguito. Mañana intentaré subir :''D

viernes, 29 de marzo de 2013

CAPITULO XXIII


CAPITULO XXIII:

Cuando  por fin abro los ojos. Me pesa todo y estoy cansada, pero al menos me he reparado un poco. Oigo risas des de fuera. Me muevo como un caracol y cojo las pantuflas amarillas. Salgo de la cama. Entro en el baño y me lavo la cara y los dientes, y el pelo me lo recojo en un moño despeinado.
Bajo las escaleras y llego al comedor. La televisión está encendida en un canal de música. Mis padres  están sentados en la mesa del comedor junto a Harry.
–Mira quien se ha despertado – dice él – la bella durmiente. Algún día le quitarás el título.
–¿Qué hora es? – pregunto mientras les doy un beso a mis padres. Harry extiende la cabeza, esperando el seyo. Pongo los ojos en blanco y le doy un beso en la mejilla.
–Las cuatro y media, de la tarde – dice mi padre.
–Tengo hambre – digo – voy a ponerme cereales ¿quieres?
–Ya he comido, pero gracias – Harry sonríe como solo él sabe hacer.
Voy a la cocina y meto un bol lleno de leche en el microondas. Saco los cerealesw, y cuando la leche se acaba de calentar la saco y busco cereales, pero no hay.
–Mamá – grito – ¿porqué no hay cereales?
–Porqué te fuiste y expiraron. Y ayer a las cinco y media de la mañana no había nada abierta. Sal tú a comprar.
–Si, claro – cojo el Colacao con pepitas y vuelco gran parte dentro de un vaso, en que he puesto la leche calentada. Odio el calacao.
Vuelvo al comedor con el vaso y con mala cara.
–¿Porqué tenéis colacao y cereales no? hace meses que Luke se ha ido.
–Al gato le gusta.
Empiezo a beberlo lentamente y cuando acabo voy a la cocina a dejar el vaso. Vuelvo a la mesa a sentarme. Me siento extraña. No entiendo porqué me he vuelto tan borde, y tampoco entiendo porqué me comporto así con él. Harry debería estar más confuso que yo, porque de llamarle idiota a pedirle que duera conmigo hay diferencias.
–Bueno, voy a llamar a Lea – digo intentando excusararme y salir de aquel area peligroso con mi casi novio y mis padres.
–Está durmiendo – dice Harry – Lou me acaba de mandar un mensaje diciéndome que se ha despertado y ella aún duerme.
–Si no podemos salir, ni puedo hablar con ella, ¿que hacemos? – pregunto molesta.
–Podéis quedaros y explicarnos como ha ido la universidad – dice mi padre – apenas nos hemos enterado de nada.
–Como queráis. Preguntadme lo que queráis – digo. Dios mío, más borde imposible. Tengo que controlarme. Al fin y al cabo son mis papis. Mi padre ha ido a la cocina y ha vuelto con un vaso de cocacola. Debería dejarlo.
–¿Como os conocisteis? – pregunta mi madre refiriéndose a mi y a Harry.
–Nos sentmos juntos en clase, no me ha tocado en la misma que con Lea, así que bueno... – digo, y veo como mis padres asienten a pena.
–Hay un pequeño detalle que has omitido – completa él – vivimos juntos.
–¡¿Qué?! – preguntan ellos, alarmados. Era esto lo que quería evitar. Mi padre se acaba de atragantar con la cocacola. Ya decía yo que era mala.
–¿Pero no vivías con Lea?
–Claro que si, y con Harry y Louis – añado.
Pasan varios segundos de silencio incómodo.
–¿Y a qué te dedicas? – Pregunta mi padre, intentando omitir la noticia de antes.
–Soy cantante – dice él con total naturalidad.
Una mueca extraña a desaprobación corre por la cara de mi padre, pero luego desaparece.
Vuelven a pasar unos minutos muy incómodos, hasta que se oye ruido des del jardín.
–Mierda – susurra Harry – cerrad la puerta y las ventanas. Bajad las persianas.
–¿Qué está pasando? – preguntan mis padres mientras cumplen con las instrucciones de él, cerrando todo y bajando persianas.
–No abráis la puerta. Llamaré al resto de los chicos para que tengan cuidado. Tú ocúpate de llamar a Ed y pídele el número de Nina.
–Abro el móvil y marco el número del famoso Ed Sheeran. Se me hace extraño. Hablo y le explico la situación. Me agradece la información, pero señala que de momento no ha recibido signos de paparazzis. Me deja el número de Nina, así que lo guardo en la memória y empiezo a llamar. Técnicamente si Harry llama a Zayn o a Niall ellos deberían avisarla, pero no hay que correr riesgos.
Contesta y le explico quien soy. También le aviso de la sitación y ella asiente, pero la notícia es que ya están allí. Esta mañana Zayn había salido a comprar tabaco. Le habrán seguido.
Cuelgo y voy hacía mis padres.
–¿Me puedes explicar que está pasando aquí? Hay gente que se está instalando en nuestro jardín – pregunta mi madre asustada.
–Harry ya os ha dicho que és cantante.
–¿Cantante de qué? – preguntaron ellos.
–Harry Styles, integrante de One Direction, boyband inglesa-irlandesa. Ed Sheeran, cantautor inglés. Y Nina Nesbitt, cantante escocesa, es horrible como nos persiguen.
–Venga mamá, mi habitación estaba llenos de pósters suyos, aún quedan.
–Está bien, es verdad, me acuerdo cuando suplicaste para ir al concierto y a la firma de discos.
–Ya sé como solucionarlo. Kat, llama a los otros y diles que anuncien a la prensa que si les dejan en paz concederán una entrevista privada – dice él mientras abre la puerta y sale fuera.
Hago lo que me ha dicho y llamo primero a Lou, después a Niall, que avisa a Zayn y a Nina y finalmente a Ed. Todos le dan la razón a Harry, aunque saben que les caerá una buena por parte del mánager.
Minutos después Harry vuelve a entrar con la cebza baja.
–No lo he conseguido – refufuña – quieren una entrevista tuya.
Espera, ¿qué?
–¿Porqué? – pregunto extrañada. Aunque espere la respuesta, la conozco.
–Porque creen que estamos juntos.
–Está bien, ahora salgo – digo impulsándome valentía. Lo haré, si quiero vivir en paz. Abro la puerta, y salgo, así, con ropa de ir por casa y un moño despeinado. Si creía que iba a ser difícil enfrentarse a todos esos flashes me equivocaba. Era imposible. Creo que por varios minutos me he quedado paralizada. Las voces chillonas me retumban en la cabeza. Horroroso.
–Uhh...esto, he hablado con Harry y me ha dicho que la única manera de que os vayáis y nos dejéis en paz es una entrevista mía. – un montón de síes simultáneos se oyeron – Está bien, acepto hacer una sola entrevista, con el trato de qué ningún periodista volverá a instalarse delante de mi casa o a perseguirme a mi o a mis padres. Y hablad con vuestros amigos que están delante de la casa de Lea y la de sus abuelos – algunas muecas de incredulidad en sus caras. Pero acaban aceptando. Somos libres.
Entro dentro algo triste, como si no lo hubiese conseguido. Un poco de teatro no les vendrá mal.
–¿Qué, qué pasa? – preguntan todos con la cara asustada.
–Nada, solo que.... – dejo la frase en el airecuendo mi expresión cambia a una más feliz y empiezo a dar saltitos victoriosos – ¡Lo he conseguido!
Harry me abraza y yo a él. Qué mono. Me gustaría estar todo el día así, pero mis padres no son Lea o Louis y tampoco es que me emocione estar tan pegada delante de ellos.
–Aho que se ha liberado todo, ¿no quiere subir a vestirte y llamamos a los otros?
Asiente.
–¿Pero donde nos reunimos? Quiero decir, no es como si pudiésemos ir a Nando’s para tomar algo.
–Nosotros nos vamos a visitar a los padres de Lea, podéis quedaros aquí si queréis, pero no lo dejéis todo perdido – dice mi madre – y cuidado con lo que hacéis – susurró esta con una sonrisa pícara.
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Vale, ya se que os dije que sería mejor este capítulo. Pero no xD Intentaré subir hoy otro, aunque a las cinco he vuelto a quedar, y volveré a las once y media o así (es que somos vecinas así que cuando anochezca nos quedamos abajo). Y bueno, en semana santa solamente el miércoles no quedé, así que subí dos. Lo siento mi vida socil también es importante xDDD
PD: Tengo una nueva manera de recomendar, dentro de nada la haré.
PD2: Sara, me faltan diez capis de tu nove, donde ha estado toda mi vida? *^*

miércoles, 27 de marzo de 2013

CAPITULO XXII


CAPITULO XXII

Cogemos el autobús hacía la pequeña ciudad y esperamos. Tengo mcuho frío, y sueño. Odio el olor de los autobuses, me dan náuseas. Mi carne es de gallina y que Harry no lleve chaqueta no ayuda. Estoy sentada a su lado, y delante tengo a Lea durmiendo encima de Louis. Este sonríe y mira el paisaje por la ventana. A lo mejor no es tan mala idea eso de dormir, así que apoyo la cabeza en el hombro de Harry me cierro los ojos. La oscuridad me invade y me duermo. No sueño nada.
El autobús para en seco y el dudú del motor ya no se oye. Me despierto, pero y veo que Harry también está durmiendo, la boca abierta y la cabeza apoyada en el respaldo.
–Despierta, príncipe – suelto varias risillas mientras veo como abre los ojos y bosteza. Miro el reloj. Són las cinco y cuarto de la mañana.
Todo el mundo se despierta poco a poco, menos Liam que no ha dormido. Él está leyendo. Nos levantamos y cojemos las maletas. Soy la primera en bajar. Cuando veo a mis padres dejo las maletas en el suelo y corro a abrazarles. Lea, que baja detrás mío, hace lo mismo. Veo como Emily va a abrazar a sus tíos y a su prima que no para de gritar cuando Ed baja del autobús.
–¿Qué llevas puesto? – pregunta mi madre.
–Ya os dije que era un baile de disfraces – susurro avergonzada.
–Y no me puedo creer que Kat la odia princesas Disney vaya de una. Y encma rosita – exclama mi padre.
–Yo le dije lo mismo, pero des de que conoció a Harry se ha vuelto más... moñas – dice Lea mientras abraza a mi madre y se da dos besos en la mejilla con mi padre.
–¿Quien es Harry? – pregunta mi madre.
–Su novio – dice Lea felizmente.
–¡Que no es mi novio! – exclamo avergonada.
–Kat, princesita, ven aquí que hace tiempo que no veo – grita AnneMarie, la madre de Lea. Voy a darle un abrazo y repito el proceso que hizo Lea con mi padre para hacerlo con el suyo.
–Bueno, ¿nos presentas ya al príncipe? – pregunta mi madre con una sonrisa cotilla.
Qué verguenza. Mis mejillas están muy rojas.
–Mamá, papá, este es Harry. Harry, AnneSophie y Carl – digo presentándoles.
–Bonito nombre, señora – dice Harry mientras besa su mano y le extiende una a mi padre.
–Gracias, lo eligió la abuela de Lea, igual que AnneMarie lo eligió mi abuela. Des de hace tres generaciones nuestra familia y la de Lea son mejores amigas en la línea femenina. Katrina tiene origen ruso, y eso esporque el tatarabuelo de Lea era un militar ruso. Y yo elegí el nombre de Lea para ella por mi abuela – explicó esta.
–Creo que no hace falta que le expliques la historia de nuestra familia, mamá. Tengo sueño y llevo toda la noche sin dormir. Os presento a todos – digo mientras señalo a cada uno y digo su nombre – Antes de llegar, como en nuestro coche solo va Harry ¿podemos dejar a Nina y Amelie delante de la casa de losabus de Lea? Ellos llevan a Lou, Zayn y Nialler.
–Si, ahora mismo. Pero que sepas que sigo sin aclararme con los nombres. No entiendo como es que os habéis hecho todos amigos así de repente.
–Mamá, los chicos ya se conocían de antes. Además, no sé por cuanto tiempo va a ser, porque Harry se iría su casa, pero des de que su madre está en India y su hermana vive con su prometido en su casa no quería alquilar un apartamento solo.
Entramos todos en el coche y este empieza a funcionar. Primero sigue al coche de Lea hasta la casa de sus abuelos y deja a Zayn y a Niall.
Luego damos la vuelto y vamos a la nuestra. Hace poco que la dejé, pero con la cantidad de cosas que han pasado parece una eternidad. Entro en el jardín y miro a ver en la caseta del gato. No está, aunque no me extraña porque se pasa el día fuera. En casa no creo que esté porqué mi madre es una maniática de la limpieza y no le deja entrar. Pero yo a veces me lo llevo a escondidas. Recordando eso de la limpieza. Tengo que avisar a Harry de que sea ordenado. Pero qué digo. Él nunca es ordenado.
Mi padre saca las llaves y abre la puerta.
–¿Y la filipina? – pregunto aún sabiendo que no está en casa.
–Habrá salido – dice mi madre mientras me ayuda con las maletas.
–¿Tenéis una filipina viviendo aquí? – pregunta Harry extrañado.
–Si, y en el desván escondemos a la mafia china entera – me burlo yo – idiota.
–Kat, no seas maleducada. Ella llama así a rechonchín – dice mi madre amablemente.
–Creo que estoy igual que al principio – sonríe él de manera tímida.
–Es mi gato – le digo mientras me tiro en el sofá azul y cierro los ojos a cansancio.
–¿El de las fotos en la playa? – pregunta.
–¡Yo nunca te las enseñé! – exclamo.
–Cuando le dejas tu móvil a alguien es normal que mire tus fotos – dice con total naturalidad.
–Ya, claro – ironizo.
–¿Es así siempre? – pregunta mi padre. Obviamente no va para mi. Siento los ojos muy pesados.
–Solo cuando está muy cansada, además hoy han pasado muchas cosas, entre cantar delante de todos, la petición que le hice yo, lo del incendio y no dormir le ha afectado mucho. Es muy dulce – dice él sonriendo.
–¿Has cantado en directo delante de toda la universidad? – pregunta mi madre asombrada. Estoy cansada.
–Por culpa de este idiota – susurro señalándole – ¿puedo irme a dormir ya? Estoy muy cansada.
–Ya hablaremos mañana – dice mi padre. Harry viene y me coge del sofá en brazos.
–Sé caminar yo solita – le digo de mala gana intentando bajar.
–No seas tonta, que apenas puedes aguantarte en pie – dice frunciendo el ceño.
–El segundo piso, hay un salón más o menos tan grande como este, con sofá y televisión. Y una mesa de billar. Hay tres puertas. La roja es de Kat, la blanca el baño y la azul es tuya. Buenas noches.
Cierro los ojos, estoy muy cansada. Siento como sube las escaleras y cuando llega abre la puerta. Me pone en la cama.
–Deberías cambiarte, no simplemente porque ese disfraz ha valido ochocientos dólares, sino porqué estarás más cómoda.
Murmuro algo que ni yo entiendo y le digo que se vaya. Rebusco entre la ropa que me dejé en casa y me pongo unos leggins y una sudadera vieja. Abro la puerta y me dirijo a su habitación. La de Luke. Abro la puerta y me lo encuentro en pantalones y poniéndose una camiseta vieja.
Aún con todo el cansancio encima me ruborizo. Me doy la vuelta y cierro la puerta. Entro en mi habitación y apago la luz cuando llama a la puerta y segundos después entra.
–¿Qué querías decirme antes? – pregunta acercándose a mi.
–Desearte buenas noches – repliqué yo algo avergonzada.
–Ya lo has hecho – sonríe – ahora dame un achuchón.
Me siento en la cama y le abrazo suavemente. Huele a humo. Cuando me separo de él me acuesto en la cama y me pongo el endredón encima. Está calentito. Besa mi frente y se dispone a irse. Agarro su mano.
–Quédate conmigo – susurro.
–Ahora que vivimos con tus padres no es que yo pueda dormir contigo cuando me dé la gana ¿sabes? – esbozó una sonrisa – además conozco a otro que te podría hacer compañía mientras duermes.
Sale de la habitación y vuelve a entrar con un pequeño gatito naranja en las manos.
–¡Rechonchín! – exclamo mientras le cojo. El gato maúlla y lame mi cara.
–Ya tienes a otro que te dé besos. Al final me pondré celoso – sonríe.
–Ven aquí – le digo. Me pongo de pie y le planto un pico – para que no te sientas celoso.
Se ruboriza y se va hacía la puerta. Antes de apagar la luz exclama.
–Ah, y bonita pared – me doy la vuelta. Hay varios pósters suyos viejos que no me quise llevar. Le saco la lengua, pero no lo llega a ver porque apaga las luces.
Buenas noches, Harry Styles.
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Comentad porfavor! Y si podéis traer a más gente os lo agradecería, porque siempre sois las mismas y he perdido a varias lectoras des del principio D: Agradecedme el esfuerzo ¿eh? Este capítulo es MUY caca, pero el rpóximo será mejor, os prometo eso ;)

CAPITULO XXI


CAPITULO XXI

–Antes de volver a hacerlo, solo quiero que me respondas a una pregunta – musita mientras sus labios tocan los míos y me produce un cosquilleo – ¿quieres ser mi novia?
El corazón me late a mil. Su dulce mirada e stá posada en la mía. Claro que quiero. Es lo que más quiero. Le quiero a él. Bajo la mirada para que no vea que la sangre ha subido a mis mejillas. Se está mordiendo el labio.
–Espero que esto sirva como respuesta – susurro mientras me acerco más a él y me dispongo a rozar sus labios suavemente para que sigamos con el beso. Pero se oyen varios gritos y una calor abrasadora ataca. Nos demos la vuelta y observamos como toda la parte este del edificio arde. El baile. Los gritos aumentan. El patio empieza a llenarse de gente.
Harry me coge la mano y empezamos a correr hasta delante de la puerta. Oh dios mío. ¿Qué está pasando? Hay gente por todos lados. Tengo miedo. No tengo el móvil. Ni Harry. Ni Lea, y probablemente Louis tampoco. La mayoría de los disfraces són muy inflamables. Arderán como antorchas humanas. Busco a Lea con la mirada. No está. Tiene miedo al fuego. Cuando era pequeña sus abuelos murieron en uno y des de entonces no soporta ni cocinar, por eso siempre usa planchas. Empiezo a gritar su nombre y no responde. Empiezo a asustarme. ¿Y se la hapasado algo? Jamás me lo perdonaría. El tiempo pasa lento. Los segundos són minutos. Finalmente algo, o alguien, me toca la espalda y me giro. Louis tiene a Lea cogida en brazos. Y esta duerme plácidamente.
–En cuanto ha visto las llamas se ha desmayado – dice mientras le mira con cariño. Tiene restos de ceniza en el disfraz – Os estuvimos buscando ¿donde estábais?
Pero la respuesta no llegó porque Niall apareció a nuestro lado preguntando por Miranda Conde, su último ligue. Poco a poco más gente salió, y Zayn y Amelie se nos unieron, lo mismo con Liam y la morena. El último en venir fué Ed, junto a una chica de pelo muy rubio, casi blanco, con los labios muy rojos. Me gusta el pintalabios que usó. La chica me suena de algo, pero no sé exactamente de qué. La he visto, mucho. Ver. Afuera está oscuro y no veo bien su cara. Pero la raya fina de los ojos. Esa raya fina negra qué solo ella se pinta así.
–Tenía que ingresar en nuestro instituto des del principio, pero tuvo complicaciones con la enfermedad de su hermano y no pudo acudirr – dijo mientras ella saludaba. Ahora sé quien és.
–¡Dios mío, tú eres Nina Nesbitt! – grito mientras doy saltitos. La adoro – Eres mi modelo a seguir de toda la vida. Mis canciones favoritas són la de Boy, Make me Fall, Statues y Stay Out. Pero en realidad me gustan todas. Tienes la mejor voz que he oído nunca ¿sabes? No me puedo creer que te conozca. Estoy tan feliz.
–Y yo estoy feliz de tener una fan como tú– sonríe – pero que me digas eso no le viene muy bien a tu novio, que también es cantante ¿no?
Me doy la vuelta y su cara no tenía precio. Un enfado fingido estaba en su cara.
–Te pones a saltar cuando la reconoces y a mi ni fú. Me echaste la bronca del siglo ¿qué clase de novia eres? – pregunta con el ceño fruncido.
–No somos novios – exclamo.
–No me cambies de tema – dice él mientras me sigue mirando con su enfado teatral.
Lea aún está durmiendo en los brazos de Louis. Amelie se dedica a cosas productivas como dejar que Zayn le calme la boca. La morena, bastante maja, por cierto, y Liam están hablando unos dos metros más allá. Casi nunca está con el resto. Sinceramente la banda está bastante dividida. O a lo mejor es que Harry pasa mucho tiempo conmigo. Como ya no están solos todo el rato se dan un tiempo. Un ruido me saca del pensamiento, un trozo de mármol enorme cae des de arriba.
Miro el reloj, solo han pasado tres minutos des del casi noviazgo entre Harry y yo. Es ahora cuando los bomberos llegan y su estridente sirena me ensordece las orejas. Nos echamos todos a un lado y les dejamos hacer su trabajo. Ya no hay nadie dentro, pero las llamas no se dejan domar. Mientras acaban de apagar el fuego el director coje el micrófono y empieza a hablar.
–Gracias a dios nadie ha resultado herido gravemente. Lo sucedido hace pocos minutos es terrible y la dirrección estamos buscando soluciones. Antes de volver a empezar el cursillos la parte este se deberá construir totalmente de nuevo. El incendio aún no está del todo apagado, así que tenéis veinte minutos para hacer las maletas y subiros a un taxi o bus. Dentro de varios dias recibiréis un e-mail con más indicaciones. Lo sentimos. En el momento en el que suene la alarma todos deberán estar fuera o tendrán graves problemas. No os podemos dejar dentro mucho rato, porque por culpa del incendio todo el edificio se ha debilitado y hay posibilidades de que se derrumbe. Gracias por la atención. Mis más sinceras disculpas – dijo mientras desenchifaba el micrófomo.
Cada uno ha ido corriendo a su apartamento. Habían pasado quince minutos para recoger mis cosas personales de los cajones, champúes, ropa, accesorios. Cinco minutos. Meto todos los CD’s dentro de la mochila y los máximos libros posibles. No creo tener más tiempo, pero todo lo importante está en tres maletas. Aunque mis pósters. Y varios libros que no eran tan importantes, pero les tenía aprecio. Me he dejado casi la mitad. La ropa la he amontonda mucho para que cupiera, creo que está toda. Lea ha llenado otras tres y una mochilita necesser. Salimos por la puerta de nuestro cuarto. Miro para atrás, hay cosas bonitas que dejo atrás, pero volveré a por ellas.
Harry y Louis ya están afuera. Nos esperan. Salimos al patio. Nos reunimos todos en un punto. Cada uno lleva maletas. Tengo mucho sueño y frío. A saber que hora será. A saber donde iré ahora.
Cojo a Lea a varios metros de la banda.
–¿Qué hacemos? – le pregunto. Aún llevo el disfraz puesto. Un sonido fuerte se oye y nos damos todos la vuelta. Un trozo de techo de la parte quemada se está derrumbando.
–Creo que lo mejor será volver a casa ¿no? – responde ella. Tiene razón.
–Llamo a mis padres ahora. Llámales tu también. Que nos esperen en la estación con el coche dentro de unas tres horas – susurro las indicaciones. Es lo mejor que puedo hacer.
No quiero irme. No quiero dejar a Harry de lado.
–Está bien, pero lo mejor será ir a avisar al resto. Me encamino hacía el grupo. La morena está llorando. Amelie tampoco está de buen humor. Vuelve a Francia. Nina tampoco tiene a donde ir. Tendría que volver a Escocia.
–Nosotras dos volvemos a casa – digo delante de todos. A Harry se le crispa la cara.
–Yo pensé que ibas a venir conmigo. Alquilaríamos algo, que mi casa está ocupada. Mi hermana se ha comprometido con un tío que no me gusta nada y iba a vivir allí todo el verano porque es más grande – dice algo triste. Suena a excusa.
–Mis padres están preocupados. Tengo que ir con ellos. Entonces no tienes a donde ir ¿no? – pregunto.
–No mucho, mi madre está en India cuidado a niños pobres, y mi hermana con su prometido, en mi casa.
–Entonces hablaré con mis padres. Mi hermano estudia en Canadá, así que te podrías quedar en su habitación – cuando digo eso su cara se ilumina.
–Gracias ­– sonríe.
Oigo un grito de felicidad por parte de Amelie y de Nina.
–¿Qué pasa? – pregunto.
–Lea, tiene el sótano libre, así que me quedaré en casa de sus padres – dice Lou con una sonrisa pícara.
–Y la casa de sus abuelos está vacía. En realidad era un apartamento de dos habitaciones más comedor, así que lo más probable es que sus padres nos dejen estar allí hasta que volvamos aquí – exclama Amelie emocionada mientras coge a Nina de la mano como si se conociesen de toda la vida.
–Nosotros nos mudamos a casa de los tios de Emily – suelta Liam. Compartiremos cuarto.
–En ese caso, la primera noche el resto nos quedaremos en un hotel y al día siguiente iremos a alguilar algo – exclama Niall. Supongo que habla por él Zayn y Ed.
–En el apartamento de mis abuelos hay dos cuartos. Si en cada uno ponemos una cama doble caben cuatro personas – dice Lea.
–Y si Ed quiere, que se quede en casa de mi prima, se acaba de independizar y te adora como a un dios, así que se pondrá muy contenta – sonríe Emily.
–Entonces decidido. Yo iré a llamar a mis padres. Lea llama a los tuyos, y Emily, si me permites, llama a tus tíos para ver si os podéis quedar – digo mientras me alejo un poco para marcar el número fijo de mi casa.
–¿Diga? – pregunta alguien al otro lado.
–¿Mamá? – pregunto, aunque ya conozco la respuesta.
–¿Katrina, eres tú?
–Llama a papá, es importante. El edificio arde, nos han echado a todos. Vuelvo a casa – le digo, y no sé porque las lágrimas empiezan a caer.
–¿Como que todo arde? – pregunta, esta vez mi padre, asustado.
–Ha habido un baile, de disfraces. Yo estaba fuera, con Harry cuando todo empezó a arder. Lea estaba con Louis cuando se desmayó y trajo fuera. Y Amelie se ha quedado encerrada hasta que llegó Zayn. Y ahora el techo se está derrumbado. – estaba diciendo cosas rápidamente y sin sentido.
–No te entiendo hija. ¿Quién es Harry? ¿Y tu estás bien, no? Es lo importante – dice mi madre intentando tranquilizarse.
–Si, no tenemos nada, aparte de Zayn, que tiene un rasguño bastante feo. Pero papá, somos bastantes, ya hemos hablado más o menos, ¿puede Harry quedarse a dormir mientras todo se acaba? – pregunto.
–No sé quien es Zayn, pero cuando vaya a casa deberían mirarselo.En la habitación de tu hermano puede quedarse alguien – dice mi padre.
–Gracias, y de su parte. ¿Podéis esperarnos dentro de tres horas donde la estación? vendremos con el próximo autobús.
–Claro, allí estaremos.
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Lo he hecho más largo para compensar la tardanza. Por favor comentad!! Si hasta la noche hay bastantes personas diferentes comentando subiré el próximo :''D 
PD: El sobre mi está escrito. Os prometo que os vais a reír mucho con lo que hace mi clase y mi amor de la vida xDD

viernes, 22 de marzo de 2013

CAPITULO XX


CAPITULO XX:

–Porque ella es una princesa, es mi princesa – oigo su voz pronunciar las palabras. Siento commo mi corazón va a mil. El público suelta una ovación por su respuesta y yo me paralizo. No me puedo creer que haya dicho eso. No delante de todos. Tengo unas terribles ganas de tirarme encima suyo. La mueca de Allisson refleja asco y envidia.
Empieza la banda sonora de Kiss You y ellos empiezan a cantar. El público (pero sobretodo las chicas) empieza a gritar como loco y a cantar con ellos. La canción acaba y Liam da las gracias a la gente por ser un maravillosos público. El presentador les despide y da paso al magnífico cantautor Ed Sheeran. Ellos vuelen a la salita. Cuando veo a Harry corro hacía él y le doy un abrazo que casi pierde el equilibrio.
–Yo también me alegro de verte, princesa – susurra mientras me muestra una de esas sonrisas. Me ruborizo al acordarme lo que ha dicho en el escenario.
De mmientras, Ed ya ha salido al escenario y está hablando con el presentador.
–¡Bueno! Pero mira quien tengo aquí, nuestro Robin Hood, pobres corazones que dejará rotos en la pista de baile – Ed se ríe de su chiste. – ¿Qué nos vas a cantar?
–¿Tú que quieres que cante?
–¿Qué queréis que cante? – pregunta hacía el público, que responde con diferentes títulos – No hay manera de decidirse, así que canta la de Give Me Love, que todos queremos recordar a ese angelito de chica.
La música empieza a sonar y él canta. Cuando acaba todo són aplausos. También da las gracias al público por genial  y se despide con un hasta luego muy tímido.
–Ahora, señoras y señores, les presentamos a una de nuestras mejores alumnas: ¡Katrina Jonhson! – escucho decir al presentador. Estoy a punto de vomitar. Harry se lavanta y me coge de la mano. Se la tomo y nos dirijimos a la puerta para entrar en el escenario. Creo que ha sido mala idea. Pero no hay vuelta atrás. Aliso mi falta y toco mi pelo para ponerlo bien.
–Tranquila, estás perfectamente – dice regalándome una de sus sonrisas.
Ha entrelazado sus dedos con los míos. Lo verá todo el mundo. Entramos al escenario por la parte iquierda. En medio está el presentador así que Harry me tira de la mano para que vayamos. Nos ponemos a su lado.
Me quedo embobada al ver cuanta gente hay. Y todo me están mirando. No podré. Creo que esto ha sido una idea horrible.
–Hola, Harry, ¿nos presentas tu princesa? – dice con un leve tono de ironía en su voz.
–Esta s Katrina Jonhson, y canta como los ángeles – me ruborizo ante esas palabras.
–Bien, entonces oigámosla.
El presentador sale del escenario y las luces se apagan. Solo hay dos focos iluminando el piano, donde ahora Harry se sienta, y otro que ilumina el centro del escenario, donde cantaré yo.
Empieza con las primeras notas de Set Fire to Rain suavemente. Tengo miedo. Mucho miedo. Entonces me acuerdo de lo que ha dicho Harry. Me acuerdo de él. Siempre dice que le encanta escucharme cantar. Así que no cantaré para el público, cantaré para él. Para Harry.
–I let it fall, my heart. And as it fell, you rose to claim it – empiezo a cantar. Cierro los ojos y me dejo ir. No escucho nada más aparte del piano de Harry. Sus notas. Su música. Solo veo a Harry. Solo estoy con él. Puedo hacerlo. Pueo abrir los ojos y enfretarme al público. Por Harry. Por el Harry que yo quiero. Abro los ojos y observo al público. Giro un momento la cabeza para observar a Harry. Siente mi persistente mirada y se gira. Me regala una de sus sonrisas, una de esas que te hace sentir única en el mundo. Miro a la gente que hay delante mío por primera vez les oígo. Están ovacionando y aplauden. También hay un murmullo general. Gente hablando. Acabo la canción y sonrío. La gente me aplaude. Creo que no podré hablar en una semana por como forcé la voz. Harry viene hacía mi y me da un enorme abrazo. Acto seguido, un beso en la mejilla, por lo que se oye una gran ovación.
Salimos fuera del escenario y nos dirijimos a la pista de baile. Todo este tiempo tiene su mano cogida con la mía y no la suelta en ningún momento. Nos encontramos con la banda, junto a Lea y Amlie.
–¿Cuantos años me has ocultado tu voz? – pregunta Lea con un falso enfado.
–Hmmm, des de los catorce años.
–Podrías habernos avisado de que actuarías – dijo Louis – no sabíamos donde desaparecías tantas horas con Harry.
–Uoooh. Golpe bajo Kat – exclamó Nialler.
–Já já – ironicé – además ni que os importara lo que hago con Harry.
–¿Estás diciendo que haces cosas con Harry? – preguntó Amelie con una ceja levantada mientras Zayn no paraba de intentar besarle el cuello.
Estuvimos hablando durante mucho tiempo. Luego nos fuimos separando y yo me quedé bailando con Harry.
La calor era insoportable ya, después de una hora y media bailando sin parar. Ahora mismo estaba cantando Allisson, con su voz estridente. Dios mío, creo que empiezo a repelerla. Estoy cansada y el bullicio resuena ensordecedor en mi cabeza. Quiero aire fresco. La cabeza me da vueltas.
–Estar dentro me agobia – le digo a Harry medio mareada.
–¿Quieres que salgamos fuera? – pregunta. Asiento. Coge mi mano y empieza a hacerse un camino entre la multitud. El sonido alto de la música y los gritos de la gente toca mi piel como si quemara.
Me lleva detrás del escenario, para acabar en la habitación donde entramos antes de salir a cantar. Abre la puerta y vamos por un largo pasillo. Finalmente consigue encontrar una puerta de acero. La abre y la suave brisa de la noche me envuelve. Es oscuro, de noche.
No hay nadie más fuera. El viento hace las ojas de los árboles moverse. Golpea mi cara y baila con mi pelo. Caminamos lentamente y entramos en el jardín. Está lleno de lirios blancos. Adoro las flores blancas. Hay pequeños cminos de tierra marcados. Hay una casita de madera justo en medio del jardín. A partir de ese punto solo hay cerezos, floreciendo. En la parte de atrás, detrás de la casita de madera, donde los árboles lo tapan todo, hay un pequeño banco de madera oscura. Vamos allí y nos sentamos. La música aún se oye.
–¿Estás mejor? – pregunta. Vuevo a asentir y apoyo mi cabeza en su hombro. Silencio. La luna está llena, brillando en lo alto del cielo. Duele verla. Pasan minutos, pequeñas eternidades. Me pregunto que habrá dicho con eso de la princesa.
Sus dedos juguetean con los míos. Huele a él. Observa su cara. Está perdido, mirando a la nada. Sus ojos esmeralda brillan. La música fuerte y estridente deja  de sonar y empieza una canción lenta, suave. Cierro los ojos.
–¿Quieres bailar? – pregunta posando sus ojos en mi.
–Claro – digo levantando mi cabeza de su hombro. Se pone de pie y me ayuda a levantarme.
Me atrae hacía él y posa sus manos en mi cintura, rodeándola. Yo las poso en su cuello. Su cara está tan cerca mío que consigo oír su respiración. Nos movemos en el lento ritmo de la música que se oye a lo lejos. Hace tiempo aprendí a bailar un lento, así que mala no soy. Pero Harry, oh dios mío. Me enamora con cada paso. Seguimos bailando. Sus ojos me miran fijamente y no puedo apartar la mirada. Me hipnotizan sus ojos. La música cambia, volviendo a ser animada, pero nosotros seguimos bailando. Cada vez acerca su cara más a la mía. Nuestras narices chocan.
–Déjame besarte – dice mientras cierro los ojos y siento como sus suaves labios se posan en lo míos. Nuestros cuerpos se pega aún más y siento se respración como sie fuese mía. Su pelo me face cosquillas. Es el mejor beso que he tenido nunca. Mis labios y los suyos siguen un movimiento frenético. No es salvaje ni desesperado. Es suave y dulce, como él. Su aliento es mentolado y me gusta. No es mi primer beso, pero desearía que así fuera.
El beso se acaba y se separa poco a poco de mí, aunque mis manos siguen en su cuello y las suyas en mi cintura.
–No sabes el tiempo que llevo aguantando para dártelo – susurra.
–Hace ni tres semanas que nos conocemos.
–Ya lo sé, pero cada minuto a tu lado sin poder hacerlo era eterno – dice en voz baja.
–En ese caso, puedes volver a hacerlo – replico rozando mis labios con los suyos para luego separarme varios milímetros y dejarle continuar.
–Antes de volver a hacerlo, solo quiero que me respondas a una pregunta – musita mientras sus labios tocan los míos y me produce un cosquilleo – ¿quieres ser mi novia?
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Porfavor comentad más, que en el anterior hubo 15 comentarios contando con los mios ( y yo comento mucho), apenas cuatro personas lo leyeron.... En fin, espero que os guste y comentad mucho!!

miércoles, 20 de marzo de 2013

CAPITULO XIX


CAPITULO XIX:

Mi pelo húmedo se está secando. Estoy en ropa interior. Tengo frío. Saco el vestido de la funda y me lo pongo con suavidad. Siento su tacto fino por mi piel. No me lo puedo abrochar sola. Llamaría a Lea, pero ella me ha convencido de que me cambie con Harry en la habitación de las chicas para que la sorpresa sea completa. En este momento la odio.
–Harry – le llamo a media voz.
–¿Qué?
–No me puedo abrochar el vestido – digo en vo baja.
–Ya – ironiza – ¿bueno y que quieres que haga?
–Abrochármelo idiota – mi tono se alza y se vuelve sarcástico.
–Pues no podré porque estás encerrada en un baño, idiota – responde imitándome.
Es verdad. Creo que soy idiota. Tuerzo el pestillo y abro la puerta. Lleva el disfraz puesto.Me dirjo hacía él con rubor en las mejillas. Estoy aguantado la parte superior con el corsé para que no se me caiga.
–Anda ven aquí tonta – dice con voz suave y dulce mientras me toma en sus brazos. Me pongo de spaldas y poco a poco me ajusta el vestido a mi medida. Sube la cremallera. Está listo, pero no me deja ir. Sus manos se posan en mi cintura, rodeándola. Su cara se acerca a mis hombros desnudos. Deja apoyar su barbilla y cierra los ojos. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo.
Nos separamos. No sé que ha sido eso, pero decido no sacar el tema. Me encierro en el baño para terminar de arreglarme. Me delineo y resalto los ojos con negro, pero no demasiado, casi no se nota, aunque tienen una forma más bonita. Los labios los pinto de rojo fuerte. Resaltan. Mi pelo está seco, así que lo peino y me pongo espuma. Cuido cada rizo aparte para definirlos bien. Creo que nunca los he tenido más perfectos. Mis uñas són largas y fuertes. Rosa pálido. Cojo los tacones negros que he guardado para ocasiones especiales. Me los pongo. Son altos. Aún así creo que le llegaré a Harry solamente por el hombro. Maldita estatura.
Vuelvo a quitar el pestillo y salgo. Está jugando con el móvil. Oye ruido y levanta la mirada. Sonríe dulcemente y se levanta. Toca varios botones más y pone el móvil en posición horizontal. Escucho sonar un click y el flash se dispara.
–Es un recuerdo – dice con la sonrisa aún en la cara. El disfraz de príncipe le queda genial. Realmente es un príncipe.
Guarda su móvil en un cajón por falta de bolsillos y me coge de la mano. Salimos fuera de la habitación donde Lea y Lou están comiendo, bueno, deberían estar comiendo, porque hay rodajas de pan con Nutella sobre la mesa, pero han pasado a cosas más interesantes como comerse a si mismos.
Harry carraspea sonoramente y se apartan. Creo que me estoy empezando a acostumbrar a estas cosas, aquí todo el mundo se como e todo el mundo. Menos yo. Bueno, fué lo de Harry, pero no llegó a pasar realmente, así que no cuenta.
La incomodidad se respira en aire, hasta que Lea levanta la mirada y sus ojos se abren mucho al verme.
–¡Oh dios mío! – exclama sorprendida con sus labios rojos. Lleva un mono en blanco y negro de oso panda. También lleva una diadema con las orejas. Cuando acabe la fiesta le obligaré que me la regale. Louis va exactamente igual como le vi esta mañana. Qué monos. Me pregunto si Harry y yo hacemos tan buena pareja juntos – No me puedo creer que Katrina Jonhson vaya de princesa. Y madre mía que mona está de rosa. Y a juego con el Harry. En serio, eres una monosidad.
–Lo sé, pero es mía – dice Harry en broma atrayéndome para él – ¿verdad, preciosidad?
Me ruborizo y asiento. Dios mío que verguenza.
–Bueno, nos vamos – dice Louis mientras se levanta y coge a Lea.
Abrimos la puerta. Vamos a buscar a los otros chicos. Están todos en casa de Niall esperándonos. No tdos tienen pareja. Algunos han preferido ir solos, para conseguir algún ligue, pero Zayn y Liam si que tienen acompañantes. La pareja de Zayn es Amelie la chica rubia, va vestida de hada, y él de duende. Y Liam es un bombero, y su pareja, una morena alta de ojos marrones, también. En cambio, Niall cocinero y Ed es Robin Hood.
–Hola – nos saludamos todos.
Salimos fuera y buscamos la fiesta por el rastro de la música. En el camino cada uno habla entre si.
–No me extraña nada que vengas con Harry – me dice Amelie.
–¿Porqué lo dices? – pregunto.
–Porque Zayn dice que Harry siempre habla de ti. Además he visto su fondo del Whatsapp.
Me ruborizo instantaniamente. Esa foto. La del London Eye. En la que nos estábamos dando un beso. Bueno, realmente no fué un beso, pero en la foto parece que sí.
–¿A ti como te va con Zayn? Y no me digas que nada, porque por poco te tragaba – exclamo en voz baja intentand cambiar de tema.
Esta vez es ella la que se pone tan roja como un tomate.
–¿Qué estáis cuchicheando? – pregunta Lea acoplándose. Su sonrisa era enorme. Con los tacones me sacaba una cabeza y media. Maldita estatura. Suerte que Amelie no era una torre.
–De Amelie y Zayn. El otro día me la encontré muy juntitos. Hablando de eso,  ¿me 
explicarás alguna vez que está pasando entre tú y Louis? – pregunto.
–Te he dicho que nada. Somos amigos.
–Ya, es normal que dos buenos amigos se lien de vez en cuando. ¿Relaja verdad? – pregunta Amelie sarcásticamente.
–Esta es de las nuestras – exclama Lea riéndose mientras le da un codazo a Amelie.
–Touché – replico – pero para entrar en nuestro club de las locas totales necesitamos saber una cosa.
–Vale, siempre que no sea algo muy extraño, quiero decir, una vez un tío me preguntó si me causaba placer consumir excrementos humanos fritos – dijo con cara de asco riéndose.
–Iuuuh. Eso es raro – exclama Lea – no, solo queremos saber si te gusta comer chuches, filipinos y hacer el gilipollas.
–Pues claro. Madre mía. Yo sin golosinas un día me muero. Y idiota es mi segundo nombre.
–El de Harry también – digo entre susurros riéndome.
–Te he oído, idiota – exclama Harry des de la otra punta mientras venía hacía mi y empieza con su ataque de cosquillas.
–Lo que yo decía, estos dos están enamorados – oigo decir a Amelie. Harry para en seco cuando le escucha. Agranda los ojos y se paraliza. No se lo esperaba. Se pone muy rojo y me baja suavemente mientras mira al suelo y se rasca la cabeza disimuladamente mientras murmura algo ininteligible. Está realmente incómodo. Seguimos el resto del camino agarrados de la mano sin decir nada.
Llegamos a una larga cola delante de la puerta de una sala con unas grandísimas puertas de madera. La fila va por parejas así que nos colocamos. Finalmente llega nuestra turno. La profesora de historia está pasando lista. Me ve y sonríe. Adoro la historia y lo sabe. No se sorprende cuando Harry dice su nombre. Pero sí que nos felicita por los bonitos disfraces, aunque también dice que Allisson nos ha robado la idea viniendo de princesa, aunque con otro vestido.
También dice que nos demos prisa y que los que participan n el concierto vayan en otra sala que nos señala. Me voy junto a la banda para entrar en la habitación. Dentro hay más gente, entre ellos, Allisson, con un vestido púrpura muy inflado y pomposo. Lleva como tres kilos de maquillaje en la cara y muchas plumas y brillantinas. Patético.
Me ve y pone los ojos en blanco. Cuando observa nuestras manos es cuando simula arcadas mirándome. Patético. Otra vez.
La voz de un hombre joven resuena en la sala. El presentador. Está iniciando el baile y diciendo a los participantes en el concierto. Luego da paso a One Direction. Harry se despide de mi con un beso en la mejille y un abrazo. Los otros también se levantan y salen al escenario. Puedo oír la voz del presentador.
–Bueno, pero mira quien tenemos aquí – exclama casi grando – ¿Queréis que canten? –Un sí unánimo – Vamos a ver de qué vais disfrazados, pero antes ¿cuantos de vosotros tienen pareja y el disfraz conjuntado? –Yo – dice Liam – y yo – dice Louis – y yo – dice Zayn – yo también – dice finalmente la vo de Harry – Habéis oído chicas, de momento ocupados, pero quien sabe – ocupados. Harry. Esa palabra resuena en mi cabeza – Nuestro adorable irlandés es...
–Soy un cocinero, porque cualquier persona sabe que adoro la comida – exclamó Niall.
–Ya habéis oído chicas, si alguien quiere la receta del amor que venga a por este rubiales. Ahora, Liam, eres un bombero, para apagar el fuego del corazón de tu pareja, ¿verdad?
–No te puedo dar más que razón – dijo éste.
–Zayn, nuestro querido ¿duende? – pregunta el presentador.
–La encantadora Amelie quería ser un hada, así que era esto o un hada hombre. Así que aquí me tenéis – dice éste y el público rompe en una carcajada.
–Creo que ya sé quien lleva los pantalones aquí – dice el hombre y el público vuelve a reír. Creo que Amelie se está muriendo de verguenza – Sigamos. Louis. Mi gran hombre, un panda. Dime que te ha hecho decantarte por esto.
–Directamente por que me gustan los pandas.
–Y también las zanahorias.
–Ya, pero a ella no. Suficientemente me costó convencerla de qué no estaba gorda.
–Ya veo, luego quiero verla a ella, me siento curioso por si realmente le hace gorda – dice antes de dirigirse a Harry – y finalmente nuestro rompecrazones, vestido de príncipe ¿porqué?
–Porque ella es una princesa, es mi princesa – oigo su voz pronunciar las palabras.
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Por una vez me gusta lo que he escrito, así que si no os gusta os mato porque me costó mucho escribirlo xDDD Es broma, pero fué difícil pensar en los diálogos y en bromas relacionadas con ellos y tal. En fin. Espero que os guste :''D Y comentad <3